Converger en una obra valores que en algún momento de la sociedad paraguaya constituía fundamento de modos de vida y me refiero a su aceptación, cumplimiento, ejecución y educación; desde luego que no es materia fácil, hoy, tiempos de hoy en que buscamos culpables como: el mismo consumo, la velocidad en que vivimos o el consumo y el mercantilismo. En fin buscamos, seguro que encontraremos siempre a quien culpar, porque hoy los valores de convivencia, tal y cual se lo concebía y conocía en regla, convertido está en excepción.

Al parecer de este co-autor, en realidad hay un solo culpable. Ello es que hemos abandonado el concepto de familia. Hemos dejado de considerar a este núcleo fundamental de la sociedad, al que hemos desplazado en función a aquello intangible, llamado tiempo. Efectivamente, no tenemos tiempo para: criar, enseñar, advertir entre lo malo, lo bueno, lo bello y lo amargo. Es decir, hemos llegado a un punto o nivel social en que hasta pensamos que el hombre es un ser vivo autómata. Que combinación extraña, pero tan real. El hombre genéricamente señalado, convertido en un ser vivo autómata.

Esta obra que presentamos, pues rescata a los ojos de muchos, tal vez, la vida en función a los demás. Rescatamos valores como: el amor, la familia, los hijos, la educación, los amigos, vivir en función de los demás.

Al exponer en frase: rescate a los ojos de muchos, sencillamente se quiere referir, que a veces, cuando menos a veces, la mirada al pasado no hace sino fortalecer al futuro, atendiendo hechos positivos y negativos, este último no para repetirlo, que pudiere el hombre haber realizado definitivamente esta obra es de esencia positiva. Hemos concebídole a la misma, pensando que ella igualmente habrá de coadyuvar a todo aquello que pudiere encaminar a nuestra sociedad a un buen comienzo para el regreso hacia los valores de convivencia, cual fluyente de esperanza.

 

MARCIAL BORDAS ALVAREZ

Autor en Letra de la Zarzuela Paraguaya POHA VENDEHA

Presidente del Centro Cultural Bordas en Casa Correa